El otro día estaba vislumbrando
la cartelera y no sabía que ver… Godzilla o Divergente, ahí estaba la duda. ¿Me
atrevía por una historia de ciencia ficción con amor a raudales o mejor me la
jugaba con un remake de la ya conocida Godzilla? Me lancé a por Godzilla y….
creo que no acerté.
La película empieza bien. Te van
introduciendo la tensión y se desarrollan los personajes hasta el nivel de
llegar a conocer al padre (Bryan Cranston) y al hijo (Aaron Johnson) de una
manera más que correcta, pero todo este desarrollo dura demasiado tiempo,
prácticamente una hora.
Godzilla casi no sale hasta el
final. Lo nombran mucho y se intuye que está por ahí, luego se le ve la espalda
una serie de veces pero ya está….hasta la última media hora, que ya se le puede
ver en toda la batalla entre él y los otros “bichos”.
El guion es el punto débil
(debilísimo) de la película. Cuando no saben cómo salir del embrollo en que se
han metido utilizan uno de los recursos más usados del cine: la casualidad.
Existen muchísimas casualidades y todavía más incongruencias que veremos a
continuación.
Aviso que aquí aparecen gran
cantidad de SPOILERS importantes, para quien no quisiera leerlo, así que
empecemos:
-Tienen al bicho protegido y
saben que se alimenta de radiación, sin embargo lo protegen con apenas cinco hierros, y se escapa sin inmutarse.
-Bryan Cranston es el mejor, pero enseguida que pueden se lo cargan. ¿Cobraba mucho o qué? No se entiende.
-Bryan Cranston es el mejor, pero enseguida que pueden se lo cargan. ¿Cobraba mucho o qué? No se entiende.
-Están con una súper-instalación
quince años y nadie se da cuenta, ni una foto, rumor…nada. No se sostiene.
-Se “cuelan” en una zona en
cuarentena y, cuando les pillan, no se les ocurre otra cosa que llevarlos a la
instalación secretísima que no debe conocer nadie.
-15 años analizando al bicho para
que, casualmente, el mismo día que llega el protagonista se “libere la bestia”.
La friolera de 5475 días para que coincidan en el mismo día y en el mismo
instante de tiempo.
-En el cementerio de residuos
radioactivos se escapa un bicho de 100 metros de altura y 20 metros de ancho
pero nadie se da cuenta hasta que miran por la ventana de la puerta… Anda que
no debe hacer ruido semejante monstruo.
-Por lo visto en América si dices
que eres militar te creen. A los 5 segundos de comentar el protagonista: “Ey,
que soy militar” ya le dejan entrar al equipo y comandar a todos.
-Godzilla dispara fuego cuando le
apetece. Cuando ya no les queda dinero para efectos coge y mete un fogonazo y
ale, bicho muerto. ¿Por qué no lo haces al principio y evitas todo el destrozo
que han ocasionado?
Todas estas incongruencias hacen
que te desmarques de la película y acabes simplemente pasando el rato. Y si le
añades además el final políticamente correcto con la familia encontrándose,
junto con los momentos patrióticos “Debo proteger a esta gente por mi país”, la
convierten en una película mediocre.
Aun así tiene varias partes
positivas. Los efectos son geniales y saben distribuirlos bien, no flojean en
ningún momento y no se nota el croma (muchísimo cine actual canta en ese
aspecto, como por ejemplo El Hobbit). La cámara no marea al espectador como
ocurriría con “Pacific Rim”, aquí sabes dónde están y cómo están peleando, no
te pierdes entre la mezcla efectos-acción.
Concluyendo, película para
entretener pero que aburre en algunos ratos por la longitud de las historias.
Lo mejor la última media hora de acción, muy buena.
Mi nota: Un 5.5
PD: Yo quiero un Godzilla de
mascota. Aparece para cargarse a los malos y desaparece. Eso sí, que no me
hagan alimentarlo… a saber cuánto comerá esa bestia.
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