jueves, 8 de mayo de 2014

Wall-E


Tras una semana de parón (sí, ha sido menos tiempo del previsto) regreso con un análisis/crítica de mi película favorita: Wall-E.

Podría estar horas hablando sin parar de ella, cada minuto transmite algo. En todo momento ocurre algo que te hace ver que estás ante una gran obra del cine actual, una maravilla visual que además consigue hacerte ver la cruda realidad hacia la que nos dirigimos.

Empecemos por uno de los aspectos más notorios: el visual. Aquí se cumple el dicho “una imagen vale más que mil palabras” y además en muchísimos momentos de la película. Gracias a estos efectos visuales consigue asombrar al público en la primera parte de la película, donde prácticamente no se dice ninguna palabra, lo cual es muy muy difícil. Te dejas arrastrar por los maravillosos efectos y no puedes dejar de mirar la pantalla.

Otro aspecto importante es el guion. Mucho más complejo que la mayoría del cine. La primera parte de la película tiene un guion muy pulido y no se ve ninguna fisura ni ningún error. El hecho de que no haya diálogos lo hace todavía más difícil debido a que tiene que mantener al espectador en el asiento y mucha gente sin diálogos se aburre. En la segunda parte de la película el guion baja un poco la calidad al centrarse la película más en la moral de la gente de la nave y no influir tanto sobre Wall-E y Eva.

El trabajo de dirección y montaje es inmenso. Lo mejor de toda la película. Ya conocíamos a Andrew Stanton en otras dos películas de Pixar: Bichos y Buscando a Nemo. En Bichos se le ve novato y débil, pero en Buscando a Nemo ya se le nota una madurez y un tacto perfecto para este tipo de cine. Y directamente en Wall-E se corona con su mejor película y muy difícil de superar. Veremos qué tal le va con “Buscando a Dory”, con el estreno previsto para 2016. Y el montaje es perfecto, no permite al espectador despistarse ni marearse, lo que ocurre cuando hay flashbacks o saltos muy bruscos de escena.

El valor emocional que se tiene en Wall-E es apabullante. Las historias de amor en películas de animación son muy complejas. Se ha intentado infinidad de veces, juntando a humanos, animales, etc… pero prácticamente nunca se conseguía transmitir lo que se consigue aquí. Juntar a Wall-E, un robot tonto y muy influenciable, con Eva, una robot totalmente opuesta a Wall-E, segura de sí misma y con mucho carácter. Sin mediar palabra entre ellos, más allá de los nombres, cada segundo que pasa va aumentando la tensión y el amor entre ellos, llegando a hacer que Wall-E cuidara de ella en todo momento hasta cuando se pasa un tiempo “apagada”. Sin duda una de las historias de amor más emocionantes de todos los tiempos.

Una película que enamora y despierta sentimientos ocultos en los corazones de todos los espectadores. Quien necesita diálogos cuando con una concatenación de escenas puedes sentir tristeza, ternura, amor, empatía,… Pero lo que más consigue Wall-E, aparte de todos los momentos maravillosos, es una profunda reflexión de la sociedad.

Concluyendo, una película que nunca olvidarás y que te basarás en ella en muchos momentos de tu vida. Esta sí que es una historia de amor, mucho más real que los Crepúsculos varios que hay en pantalla, y con personajes ficticios. Esto lo convierte en una película perfecta a la par que maravillosa.

No se la pierdan. Si no la han visto no se a que están esperando. Si ya la han visto, vuelvan a disfrutarla. Eso sí, preparaos para llorar. Tras el Rey León, esta será la segunda película con la que seguro llorarán.

Mi nota: Un 10 del tamaño del Empire State. La mejor película de Pixar hasta la fecha.



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